martes, 6 de junio de 2023

Transformando lo ordinario en extraordinario

 De acuerdo con la RAE, la palabra ordinario tiene hasta 11 significados; hoy yo tomo el significado de “común, regular y que sucede habitualmente”. Las experiencias de Recursos Humanos suelen ser así, comunes, habituales, del día a día; cuando no las tienes, las extrañas, las reclamas y las necesitas; cuando las tienes, no las sientes, pueden ser parte del paisaje. Ahí está el truco de Recursos Humanos: ¿Cómo hacer que esas experiencias que pasan por desapercibido sean extraordinarias y convirtamos la experiencia de nuestros empleados en experiencias únicas y genuinas? Hace un tiempo atrás tuve la oportunidad de trabajar en una empresa de servicios; cuando llegué no existía prácticamente recursos humanos, lo que había era más un área de administración de personal, con algo de contratación (más que reclutamiento). Construir cada pilar (llámese talento, cultura, capacidades…) fue un proceso que tomó algunos años, con mucho esfuerzo, con muchas horas invertidas, mucho recorrido en campo y sobre todo, mucha escucha activa. Escuchar lo que te dicen nos ayuda a los profesionales de recursos humanos a repensar lo que hacemos en la organización, y a transformar un proceso simple en un proceso extraordinario, que nos enamore de la organización y por ende nuestra productividad suba. Como resultado de tanto esfuerzo, el eNPS de los empleados (la medida de la experiencia) subió en poco más del 50%; y claro, con ello subió la productividad (que era fácil medirla a partir del indicador de costo laboral sobre venta) Sin embargo, el indicador más enriquecedor lo medí (y debo confesar que también lo disfruté) el día que dejé la organización…mensajes de texto, whatsapps y llamadas de muchos líderes y empleados de la empresa que me agradecieron porque la vibra había cambiado, porque se habían vuelto a enamorar de su lugar de trabajo, porque habían sentido la cercanía, equidad y la justicia que habíamos llevado con los procesos de Recursos Humanos; y porque su trabajo se había vuelto más fácil desde que empezaron a sentir esa diferencia…Eso es transformar lo ordinario en extraordinario.

Y aquí una muestra de ese sentimiento…por un lado, un vino común, regular, y que habitualmente podría descorchar en una noche de verano sin mayor plan, como lo es este blend de Sauvignon Blanc-Semillón de Pequeña Vasija, de la Bodega La Rural; y por otro lado, un plato común, regular y que habitualmente podría cocinar una noche sin mayor esfuerzo, como lo es este risotto con portobellos. Cuando se unen, crean una experiencia inigualable; el uno destaca al otro; lo realza, hace que disfrutes en boca uno de esos placeres más grandes de la vida, como lo es un buen maridaje de vino. Me sentí tan satisfecha cuando encontré esta pareja…de eso se trata, ni el vino ni el plato son costosos, complejos o rebuscados…ambos son simples, pero juntos son elegantes, estructurados y delicados. Los mejores maridajes nacen así, de los placeres simple de la vida.

El vino es elaborado en la Bodega La Rural, una bodega fundada por Don Felipe Rutini, cuya filosofía es abrazar la innovación y lo tradicional al mismo tiempo. Es un vino fácil de beber, joven, sin madera, razón por la cual es mejor beberlo a lo mucho un año después de la cosecha. Es muy frutal y sus aromas se muestran fácilmente, durazno, algo de cítricos y de flores. Color dorado, muy marcado a la vista con algunos matices verdes. En boca es muy equilibrado, y con claras notas de manzana. Este curioso blend de Pequeña Vasija es un vino muy accesible, yo usualmente lo compro en Kahan Licores, y en oferta no cuesta más de 35 soles.

El risotto es muy sencillo, un poco de mantequilla y cebolla en la olla a cocinar a fuego muy bajo, cuando la cebolla esté tierna y blanca, incorporamos un buen chorro de vino blanco (sí, el mismo que vas a disfrutar, por su puesto), dejamos cocinar unos minutos hasta que el alcohol se reduzca, agregamos arroz (el tipo risotto, claro) y luego lentamente, de a pocos y a fuego muy bajo, vamos agregando caldo de pollo (sí, caldo de pollo, algo tan simple como eso). Cuando toma punto, un buen trozo de mantequilla y un poco de parmesano encima. Por otro lado, sólo salteamos con mantequilla y sal los portobellos y listo, los empleamos para coronar esta delicia. 

Este maridaje es simple y económico; un buen ejemplo de cómo podemos convertir lo ordinario en extraordinario!...Y ya saben, de eso se trata Recursos Humanos...y sólo los verdaderos líderes son capaces de reconocerlo y entenderlo!

A disfrutar, la mesa está servida!






lunes, 22 de mayo de 2023

Cuando la amapola vuelva alto: Vinos para admirar, no para descartar

Hace semanas atrás celebraba una ocasión especial, el bautizo de mi primer bebé; y para celebrarlo decidí abrir un vino especial, de esos que uno guarda para ciertas ocasiones y atesora para que vayan madurando con el tiempo porque sabes que cuando lo abras estará en su mejor momento. De esos que no abres antes porque hacerlo sería desechar el potencial de ese vino y descartar la realización profesional del enólogo que logró esa armonía en botella precisa para que pueda ser abierto varios años después de ser lanzado al mercado. Ese vino que logró destacar en tu bodega gracias al talento del enólogo detrás de él.

Casa Marín Pinot Noir 2011 es sólo un ejemplo de la riqueza de vinos que María Luz Marín, conocida como Marilú, logra hacer. María Luz es una mujer impresionante, una amapola entre muchos enólogos, que tuvo que aprender a lidiar en un mundo donde el síndrome de la amapola alta solía ser un común denominador. Marilú impregna personalidad a sus vinos, los realza y los convierte en vinos amables, elegantes y al mismo tiempo elaborados y complejos. La historia de Marilú marca cada uno de sus vinos, al menos a mi forma de verlo, y a mí me gustan mucho (tiene por ejemplo un sauvignon gris que a mí me encanta y que creo que ningún otro lo ha superado). Ella es la demostración de que cuando las mujeres quieren lograr un sueño, sin importar los desafíos a los que se enfrenten, lo hacemos con tanta dedicación que termina siendo perfecto. Marilú tuvo que enfrentarse no sólo a las adversidades del clima de Lo Abarca, sino incluso (y peor aún) a sus pares enólogos, quienes por ser mujer, no creían en ella y no la aceptaban cuando inició su carrera para practicar con ellos (de hecho incluso hasta la mandaban a hacer labores "femeninas" en vez de permitirle trabajar con la uva). El esfuerzo la premió y la convirtió en la primera mujer enóloga fundadora y dueña de una viña en Sudamérica en el año 2000. Con el tiempo, la familia se expandió y hoy uno de sus hijos, Felipe Marín, se convirtió en enólogo de esta bodega, siguiendo la tradición de su madre, pero marcando su propio estilo, lo que lo convierte en un profesional excepcional que con humildad supo tomar lo mejor de su madre y con eso crear su propio estilo.

Así tal cual funciona el mundo profesional en las organizaciones. Hay los líderes que cuando ven un talento prefieren apartarlo, porque seguramente (y la mayoría de veces que lo he visto es así) tienen miedo, la cobardía ante su poca capacidad profesional, los lleva a tomar decisiones equivocadas y apartar el mejor talento de su equipo, el síndrome de la amapola alta; olvidándose que su fin último es tener a los mejores, tener al talento correcto en las posiciones correctas.  Y luego, por el contrario, y afortunadamente, hay líderes que a simple vista cuando identifican un talento, lo quieren, no lo dejan ir, y en vez de opacarlo, lo ayudan a brillar.

Casa Marín Pinot Noir 2011 es un vino hecho por una mujer que brilla y que lamentablemente muchos enólogos no supieron apreciar; afortunadamente, Marilú salió de esos “líderes” que le tocaron al inicio de su carrera, se armó con valentía, y fundó su propia bodega, cultivó su propio viñedo, y elaboró su propio vino, no permitiendo que el síndrome de la amapola alta la superara u opacara.

Casa Marín Pinot Noir es un vino untuoso, con notas a frutos rojos como cereza, frambuesa y también algo de trufas seguramente provenientes del suelo boscoso a su alrededor. Ideal para acompañar incluso algunas carnes suaves. Yo lo maridé con una pasta con jamón serrano que cociné a fuego muy bajo hasta que el crocante comience a sentirse. Cuando la pasta llegó al dente, agregué un poco del agua de cocción a la sartén con el jamón serrano, un chorro de aceite de oliva y un trozo de mantequilla. Pasta para adentro…queso parmesano encima y disfruté con este pinot noir que está lejos de ser el típico tímido pinot noir, y es mas bien, un vino con carácter…Disfruté del verdadero liderazgo detrás de este vino, ese que brilla aunque lo quieran opacar…

 




viernes, 10 de abril de 2020

Vino en los tiempos del coronavirus: Reinventarnos como la Bodega RE


Estamos viviendo una pandemia que nos llena de incertidumbre a todos y trae consigo muchos sentimientos de preocupación. Estamos en el 2020 (simpático número por cierto), el año del coronavirus. Para mí (y es una opinión muy personal), este tiempo del coronavirus va a traer consigo una reinvención tanto de nuestras rutinas, como de la forma de operar y ver el mundo. Fábricas paradas, restaurantes cerrados, aviones estacionados y hoteles abandonados, entre otros, es lo que nos traído esta pandemia. El coronavirus vino con fuerza no sólo a atacar a las personas sino a la economía…y pretender que todo va a seguir siendo como antes, es una ilusión. Más aún, pretender volver a hacer las cosas como solían ser nuestras rutinas es un error. Antes desinfectar una manija en una zona pública era “raro”; ahora no hacerlo será “raro”. Después de la 1° y la 2° Guerra Mundial el mundo cambió, nuevas rutinas, formas, e instrumentos fueron adoptadas por nuestros abuelos (o quizás padres o bisabuelos); ahora nos toca a nosotros reinventarnos. Y eso es lo que da lugar a esta nota.

Existe una bodega de vinos al norte de Chile, en Casablanca, Valparaíso, que se llama Bodega RE; y cuyo concepto de vinos busca REcrear, REivnentar y REvelar – tal como ellos mismos lo dicen – vinos ancestrales (vinos de la época de los relatos bíblicos). Han sido capaces de hacer vinos de excelente calidad combinando conocimiento y técnicas actuales con procedimientos antiguos, elaborando el vino en tinajas de arcilla (bien sean rescatadas de las antiguas familias nobles del valle o bien sean recreadas por ellos mismos).

Hace casi 3 años que visité la bodega. Al iniciar la visita guiada descendimos un nivel y encontramos un ambiente impresionante. En este “primer sótano” inicia la elaboración de sus vinos; para ello, a diferencia de la mayoría de bodegas en las que se emplea una estrujadora (máquina para romper las uvas sin molerlas y sin destruir las semillas a fin de extraer el jugo de la fruta), en la bodega RE se usa una técnica más bien ancestral. Las uvas son arrojadas permitiendo que el propio peso (el peso natural de los racimos) rompa la uva y el jugo sea extraído. Es en este ambiente de clima natural, de aproximadamente unos 15° o 16° (pese a los 30° de calor que hacía en el exterior) es donde la uva reposa para fermentar. Nuevamente, aquí no existen equipos de enfriamiento, tampoco requieren mojar los toneles para darles frío. Aquí lograron de manera natural la temperatura ideal de fermentación; para ello los muros emulan los antiguos muros de barro y paja que se hacían en el campo; y el piso es completamente rústico y de barro. Es en este mismo ambiente donde encontramos las primeras tinajas de arcilla al estilo de antiguas ánforas recaudadas de los viñedos de las familias del valle cauquén. En estas tinajas reposan sus vinos para lograr la fermentación. Aquí puedes envolverte en los aromas que emanan de este proceso, así como concentrar la mirada en los famosos “sombreros” que se forman cuando el vino reposa. Esto no es un tema menor. Poder ver esas tinajas con sombreros tan bien formados es impresionante. Usualmente uno no los logra ver puesto que el mosto fermenta (en cualquier otra bodega “típica”) en tanques de acero muy altos y grandes (por lo que difícilmente se pueden ver). Aquí en cambio puedes constatar que el sombrero es perfecto, cubre todo el mosto - como debe ser – con la finalidad de 1) protegerlo de posibles oxidaciones, 2) protegerlo del desarrollo de bacterias que entorpecerían el proceso de fermentación; y 3) otorgarle los extractos de los hollejos con aromas y color.

El proceso continúa un nivel más abajo en donde encontramos la zona de tinajas aún más grandes, pero que no fueron rescatadas de antiguas familias (como las otras); sino que fueron REcreadas por la bodega a fin de reposar aquí los vinos que elaboran en grandes cantidades. En esta zona encontramos también las barricas para reposar el vino y las ánforas de concreto de hasta 12000 litros. En este nivel encontramos ingeniosas y REinventadas formas de fermentar el vino, tal como lo logran con el vino ENREDO, que es una cofermentación de las variedades Gewurztraminer (70%) y Riesling (30%) que fueron previamente maceradas en contacto con las pieles de sus uvas durante 3 meses, algo atípico (los vinos blancos como estos usualmente maceran sólo por algunas horas o capaz - cuando mucho - por algunos días). Cuando pensamos en vinos elaborados con estas cepas pensamos en un vino blanco; sin embargo, bodegas RE propone pensar en estas cepas de una manera diferente, presentándola en un vino naranja logrado a partir de esta maceración prolongada en contacto con las pieles de dichas uvas. Nuevamente, nos propone un concepto diferente y REinventado.

La REinvención continúa en la etapa de ensamblajes. Los vinos que elaboran buscan combinaciones poco usuales de cepas, tales como la pinot noir ensamblada con el moscatel rosado. Ambos vinos fermentados en blanco, después de algunas horas de maceración, en toneles de varios años de experiencia, donde también reposa el vino por algunos meses, para lograr finalmente un vino de color sandía (no un color tinto claro, sino sandía) con perfumes muy complejos.

La REinvención sigue reforzándose en todas las etapas llegando incluso al nombre y etiquetado. Es así que nacen nombres como RE PINOTEL (el blend de pinot noir con moscatel rosado), RE CHARDONNOIR (el blend de chardonnay con pinot noir), entre otros muchos.

Sin duda vinos imaginados desde otro concepto que unen el pasado y el presente, rescatan lo antiguo, pero se reinventan. Ahora nos toca a nosotros. No se trata de descartar nuestros conocimientos, sino de reinventarlos, de traer con nosotros aquella esencia del pasado – léase pre coronavirus – a este nuevo presente. Una nueva era para pensar cómo debemos hacer las cosas diferentes sin perder la esencia de lo que ya hemos construido.



lunes, 30 de diciembre de 2019

Vinos para recibir el 2020

Y pasó un año más casi sin darnos cuenta...el año de los diez se acaba y entramos a los veinte...Y a puertas de este ingreso a los 20- hoy retomo mi antiguo blog de vinos... estuve un poco descuidada...el trabajo a veces absorbe, pero me quedé pensando que es injusto conmigo y con esta pasión tan grande que tengo no darme el tiempo para hacerlo...así que aquí va mi promesa para el 2020, ser más juiciosa con mi blog y volver a él.

Y como se acerca este nuevo año, estoy segura que muchos estarán pensando con qué vino esperar la media noche...así que pensé en dejarles mi top de vino tinto y blanco sugeridos, mi selección especial del 2019...todos pueden ser comprados en Lima...con cada sugerencia les dejo los detalles de por qué creo que es un vino digno para recibir el 2020, qué pueden esperar del vino y dónde lo pueden conseguir.

Mi selección de vino Tinto: Domaine de Pétit Clocher 
Al sur de Lyon, en Francia, existe una pequeña ciudad llamada Anjou. El 31 de diciembre del 1957 se decretó por primera vez la AOC Anjou, es probablemente una de las AOC francesas más “jóvenes”. En esta zona la cepa por excelencia para los vinos tintos es la Cabernet Franc (y la Cabernet Sauvignon también). Un vino hecho 100% de Cabernet Franc difícilmente está bien logrado. Para quienes no recuerden qué cepa es, entonces traigo a la memoria los famosos vinos de El Enemigo y El Gran Enemigo, ambos Cabernet Franc. Hace poco descubrí que en Lima podía conseguir un Cabernet Franc de esta zona, y que para mi gusto, supera de lejos a los otros Cabernet Franc que me he tomado (incluso al nombrado argentino)

Domaine de Petit Clocher es un vino que ha sabido encontrar el balance perfecto entre la intensidad y la ligereza. Un vino que debe ser abierto un par de horas antes de beberlo si realmente se quiere disfrutar en todo su esplendor. En nariz se perciben muchos frutos rojos, en boca es delicado, con taninos que no son invasivos, pero que están presentes. Un vino que se hace sentir, pero que de momentos se aligera para no ser agresivo. Eso le da elegancia, eso le da sabiduría, eso le da exquisitez.  Este vino se merece la apertura del 2020 porque es un vino que busca entrar con firmeza y con seguridad, pero sin dejar de lado la humildad. Es un vino para despedir los vaivenes del 2019 y recibir las esperanzas y las 365 nuevas oportunidades que trae el 2020 consigo.

Ideal para acompañar un conejo a la Vincentina con papas asadas. Pueden conseguirlo en Curador, calle Libertad 212 Miraflores.





Mi selección de vino Blanco: Domaine de Montcy Cour-Cheverny
Mi segunda selección también es de Francia, Del Valle de Loire. A 1.5 horas de Paris se encuentra una bodega familiar, natural y biodinámica dirigida por Laura Terra, que lleva de nombre Domaine de Montcy. Uno de los vinos que elabora Laura se cosechan y producen en la AOC Cour-Cheverny, que se caracteriza por hacer vinos elaborados únicamente con una cepa de origen y muy antigua llamada Romorantin (no se consigue en ningún otro lado). Esta cepa da origen a un vino blanco, seco y sedoso con potencial de guarda de hasta 10 años. Es un vino con notas cítricas presentes, como la toronja, la lima y algo de limón. En boca tiene mucho equilibrio, es ligeramente ácido y al mismo tiempo fresco y complejo.

Es curioso, los vinos que más elegantes he sentido son usualmente elaborados por una mujer. Domaine de Montcy no es la excepción. Laura Terra sin duda ha sido capaz de demostrar con este vino que es una mujer elegante, fuerte y única; y espero que en el 2020 pueda descubrir más vinos hechos por mujeres como Laura.

Para acompañar este vino les recomiendo un plato hecho a base de pescado (se me ocurre un salmón encostrado con pistachos) o una conchas a la parmesana. Si no quieren nada del Mar (porque son de los que piensan que la comida marítima es para el día) entonces les recomiendo un pollo al horno espaciado con limón, algo tan sencillo y magnífico como este plato será un muy buen aliado (ojo que dicen que los mejores cocineros se descubren por su pollo al horno)

Pueden conseguirlo en La Viniteca, calle Enrique Palacios 725 Miraflores.




La yapa: Fruttato di Giacobazzi
Y aunque les prometí solo dos, les dejo este maridaje de yapa. Si son amantes del postre, les sobre recomiendo intentar con un tiramisu acompañado de un Lambrusco Fruttato de Italia. La vida nos regala un nuevo año, doce nuevos meses para intentar cosas diferentes, arriesgar y salir de la rutina; así que nada mejor que disfrutar de un Lambrusco, un vino típico del sur de Italia que es poco usual en Perú, pero que cuando lo pruebas y maridas con Tiramisú, les puedo asegurar que su vida cambiará! Así que los invito a dejar de lado la rutina del 2019, apostar por algo nuevo y abrirse a las oportunidades y bondades que nos da la vida!

Pueden conseguirlo en cualquier tienda de Il Pastificio, a mi me gusta ir a la tienda que está en La Mar.



Feliz 2020 y a recibirlo como se debe!!!

viernes, 6 de abril de 2018

Observación y análisis para el éxito: Dos hemisferios


Recuerdo hace algunos años atrás cuando me tocó trabajar con un líder de negocio que era muy diferente de mí. Yo solía ser acelerada para tomar decisiones y este líder, por el contrario, se tomaba su tiempo. Al principio yo me desesperaba. Algo que para mí era muy obvio, él necesitaba reflexionar, analizar, y después tomar la decisión. Lo curioso es que cuando él analizaba una situación siempre la veía desde “mil” ángulos diferentes de los que yo la veía. Con el tiempo, comencé a parecerme más a él, a hacer una pausa, a mirar más allá de lo evidente. Con su pausa él fue capaz de darle la vuelta a un negocio que estaba con las ventas disminuyendo por todo un año continuo, y lo hizo a punta de entender el mercado, entender a su equipo de trabajo y entender cómo los ponía a funcionar para poder sacar lo mejor de ellos. De él aprendí que no todas las decisiones que más rápido uno ve son las mejores, y que por el contrario, tomarse un tiempo para observar, escuchar, analizar y preguntar hacía toda la diferencia para tener un resultado exitoso.

Así es la Bodega Dos Hemisferios. Una bodega que contra todo pronóstico se sitúa fuera de la franja vitivinícola del mundo. Se sitúa en el medio del medio, en grado cero: En Guayaquil, Ecuador. Así es, en la zona donde se encuentran los dos hemisferios del mundo, en un lugar inimaginado, en un lugar donde reta y cuestiona la creencia de que el mejor vino sale de la zona norte y sur del mundo, de la zona opuesta al eje cafetero. La Bodega Dos Hemisferios, como bien lo definen ellos mismos desafió la creencia de que en la mitad del mundo no existían las condiciones para cosechar uva para vino, hecho que se creía posible solo en países de otras latitudes y con cuatro estaciones climáticas”.

Una bodega que inició su rumbo 19 años atrás, cuando se adquirieron 360 Hectáreas en San Miguel del Morro, en Playas, una zona que se caracteriza por días muy iluminados y noches muy frías; y que por su cercanía al mar, recibe la brisa marina diariamente. No obstante, no fue sino hasta el año 2004, 5 años más tarde, que se llevaron los mejores exponentes de la Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Shiraz y Chardonnay. Y fue el enólogo Abel Furlán (Argentino, de reconocida tradición en Mendoza – una de las zonas vitivinícolas más famosas del mundo) quien se detuvo a entender el clima, las bondades del suelo, quien a punta de prueba y error desafió a este principio de zonas vitivinícolas rompiendo con toda afirmación de varios expertos, técnicos y enólogos que aseguraban que en la mitad del mundo no se podría lograr un buen vino. De ahí que su primer vino fue “PARADOJA” (blend de Cabernet Sauvignon y Malbec), cuyas cepas fueron cosechadas en el año 2006 y que salió por primera vez al mercado hace 10 años, en el 2008. Su nombre se debe a que hacer vinos en Ecuador, en latitud 0 es precisamente eso: una “paradoja”

Afortunadamente entre muchos viajes de trabajo llegué a esta bodega y pude sentarme a disfrutar de este Paradoja 2015. Un vino que al abrirse tiene aromas y sabor a aceitunas; pero que cuando va evolucionando abre con aromas a vainilla y un ligero café, propios de los 18 meses en barrica. Un vino rubí con un final prolongado después de una entrada ligeramente dulce e intensos sabores a frutos rojos. Un vino producto de una doble cosecha, pues en esta zona se cosecha dos veces al año, a diferencia de cualquier otra zona en la que se cultiva solo una vez.

Seguido a Paradoja, nació “Bruma”, cuyo nombre se debe a la bruna matutina en los viñedos; luego en el 2008 se cosecha “Enigma”, cuyo nombre se debe a que era una incógnita cómo saldría el primer vino blanco que elaboraban (Chardonnay); y finalmente en el 2011 salió al mercado el vino “Travesía”, en honor al camino recorrido para lograr todos estos 5 vinos.

Una bodega que sin duda va a dar mucho que hablar. Una bodega que respetó los tiempos, una bodega que fue producto de la observación, el análisis, y el entendimiento del clima y del suelo del enólogo Abel Furlán.

Lo mejor de este vino es que me lo disfruté estando en el mismo país de elaboración, con una gran amiga!...debe ser por eso que lo sentí tan delicioso!

Bravo por Dos Hemisferios!!!!





sábado, 6 de enero de 2018

Marlborough: Cuando apuestas al potencial

Este mundial será diferente para Perú, pues después de 36 años vamos a ver a la camiseta blanquirroja jugar con las ligas mayores...y eso gracias a que Gareca apostó por el potencial y no por la famosa y siempre codiciada experiencia...
Y es que dicho en palabras de Gareca “Dejamos de lado a los históricos y apostamos por los que tenían continuidad". Gareca sencillamente no invitó a formar parte de la selección a los populares apellidos del football peruano, sino que en vez de eso convocó a chicos con potencial, quizás con apellidos menos conocidos históricamente, pero sin duda con toda la actitud, ganas y capacidad para aprender...y trabajó mucho con ellos para convencerlos de que podían llegar al mundial y así fue!
Y es que el potencial mezclado con la apuesta genuina y el convencimiento sincero son una fórmula ganadora!
Así es el Valle de Marlborough en Nueva Zelandia para los vinos! Una región que aunque hoy es la más importante para los Kiwis, fueron pocos los que quisieron apostar en ella; pero esos pocos que lo hicieron estaban convencidos de que lo lograrían por el potencial que representaba esta zona hasta entonces inexplorada!

Hacia inicios de 1970, Marlborough era un lugar virgen para el vino, y difícilmente un viticultor o enólogo hubiera podido imaginar que podía ser una tierra bendecida para cosechar y tener un viñedo. Todavía eran pocos o casi nadie quien había llegado a esta tierra y había comenzado el arte de cultivar un viñedo. 

Hasta 1970, Marlborough era considerada una región muy fría para la viticultura. No obstante, en 1973, la bodega Brancott Estate desafió este paradigma y decidió 
plantar las primeras cepas, y no fue sino hasta 1979 que vio los primeros frutos de su apuesta. Y es que Brancott Estate vio en esta región días calurosos y noches frescas; vio que los Alpes del Sur podían resguardar los viñedos de los fuertes vientos y las lluvias; vio que estos mismos Alpes del Sur ayudaban a tener días más despejados y por lo tanto más horas al sol para que las cepas pudieran tener una madurez prolongada y pausada; y fue así que decidieron hacer la apuesta por una cepa diferente: la Sauvignon Blanc...hasta entonces impensable! El resultado: hoy Marlborough produce uno de los mejores Sauvignon Blanc del mundo; es considerada una de las zonas vitivinícolas más innovadoras para la elaboración de vinos con esta cepa. Ha logrado un Sauvignon Blanc aromático, muy frutal y herbal. Más aún, hoy Marlborough es la región vitivinícola más importante del país  y representa el 50% de la producción total.

En Lima podemos encontrar el Sauvignon Blanc de la Bodega Cloudy Bay. David Hohnen, fundador de la bodega, fue también pionero en explorar esta zona y apostar por el potencial antes que por su historia y experiencia; estableciéndose en 1985 en la zona de Cloudy Bay (de ahí el nombre que le puso a su bodega).

El Sauvignon Blanc 2016 de Cloud Bay es un fiel exponente de la zona, que ha sido capaz de capturar la esencia del terroir. En nariz tiene aromas muy frutales, el limón, durazno y la lima se hacen presentes. Es un vino tan fiel que en boca el limón se mantiene y guarda una acidez fresca y presente. Fue cosechado entre el 31 de marzo y el 14 de abril del 2016, y el 3% de este vino, fue suavizado con un ligero paso en barricas de roble francés (algo muy inusual en un Sauvignon Blanc) Un blanco con un potencial de guarda de hasta 10 años, algo completamente extraordinario!

Para disfrutarlo yo lo maridé con unas crepes de fresas y queso cabra al balsámico. Un maridaje espectacular! La acidez de las fresas, acompañadas del balsámico y la cremosidad del queso cabra le dieron a este vino la riqueza de sabor que buscaba. Es muy fácil de preparar, así que aquí les dejo la receta! A disfrutar!!!

Crepes:
Licúa 3/4 tz leche fresca, 1/2 huevo, 1/2 tz harina sin preparar, 15 gr mantequilla derretida, 1/2 cdta de azúcar.
Colocas en una sartén teflón, rociada con aceite vegetal. Cocinarlos a fuego muy bajo y hacerlos muy finitos.

Relleno:
Mezclar arugula, albahaca, fresas y pepino picados finamente, pasas rubias y pistachos tostados. Condimentar con aceite de oliva y balsámico.

Untar las crepes con queso de cabra cremoso y colocar encima el relleno. 

Doblar la crepe para envolver el relleno y servir.


Recuerda que para poder disfrutar de este espectacular Sauvignon Blanc debes tenerlo a una temperatura entre 7.5 a 10 grados (Celsius)




domingo, 18 de junio de 2017

Viña Von Siebenthal: Cuando siempre sentiste tu vocación profesional

Cuantas veces me he topado con profesionales que terminaron una carrera y que después de un tiempo descubren que su pasión es otra. Recuerdo que un día conocí a una persona que había hecho su carrera en Ventas y después de algunos años descubrió que lo suyo era Recursos Humanos! Para ese entonces a él le parecía que podía ser difícil cambiar de área; sin embargo no lo era y no lo fue! Pero ese es de los casos más sencillos que he conocido. Hace un par de meses conocí al chef de La Forchetta, quien se preparó y graduó en medicina antes de estudiar para ser chef. Sin ir más lejos, mi mamá estudió para enfermera (y trabajó como enfermera) para luego hacer un giro de carrera y estudiar y trabajar en educación. Qué común es que las personas vayan encontrando su pasión con el pasar de los años. 

Este no fue el caso para Mauro Von Siebenthal, un renombrado abogado suizo que siempre soñó con tener su propia bodega y producir vinos supremamente buenos y de alta gama. Es así que tras un viaje a Chile, al Valle de Aconcagua, en 1998, encontró el terreno ideal de 9 hectáreas, que en su momento le costaron USD10,000 por hectárea, para hacer su sueño realidad y abrir su propia Bodega de Vinosvon Siebenthal. Cuando Mauro descubrió la zona de Panquehue en el Valle del Aconcagua, regresó a Suiza después de su viaje, convenció a tres amigos más abogados y se inició en esta aventura de vinos. Pero no fue sino hasta poco más de 10 años más tarde que Mauro se instaló del todo en Chile. Hoy, Von Siebenthal produce el vino chileno más caro vendido en el mercado exterior, sus vinos han sido puntuados ni más ni menos que por Robert Parker (renombrado evaluador en el mundo de los vinos) hasta con 97 puntos (de un total de 100), y sus vinos son vendidos en famosos restaurantes de los mejores chef del mundo como Ferrán Adriá. Es una viña que produce mayormente tintos. Tiene suelos desde arcillosos (que mantienen el agua un poco más que otro tipo de suelos) ideales para producir Cabernet Franc y Merlot (cepas demandantes de agua), hasta suelos más arenosos y pedregosos (que filtran el agua al fondo) para cepas como la Cabernet Sauvignon, Syrah, Carmenere y Petit Verdot. Todas sus vides tienen un rendimiento no mayor de 7.5 toneladas de uva por hectárea, lo cual es un rendimiento muy bajo (al tener un bajo rendimiento, la uva es mucho más concentrada y de mejor calidad, pues se pelean entre pocas uvas los nutrientes del suelo, así como la luz del sol). Y finalmente, todos sus vinos pasan por barricas (incluso el único vino blanco que elaboran: Riomistico, elaborado de la cepa Viogner)

Hace unas semanas atrás estuve visitando la bodega con dos amigas. Nos recibió Soledad La Torre, PR de la bodega. Una mujer maravillosa que además de compartirnos su filosofía de vida, nos compartió la filosofía de la bodega acompañándonos a conocer este maravilloso espacio y descubrir estos increíbles vinos. Los vinos Gran Reserva de la bodega pasan 1 año en barricas de segundo y tercer uso. Luego pasa. Hasta 2 años más en botella.  En algunos casos se juega con la combinación de barricas, como son los vinos Carmenere y Parcela 7, que pasan los últimos 2 meses en barricas americanas y los primeros 10 meses en barricas francesas.

Por encima de los Gran Reserva están sus vinos Premium. Son considerados vinos Premium,entre otros, los vinos Carabantes, Tatay, Riomistico (el único blanco que producen, de cepa Viogner). Estos vinos pasan 2 años en barricas nuevas francesas y entre 3 a 5 años en botella antes de salir al mercado. Esto quiere decir, que en este momento están saliendo al mercado los vinos que se elaboraron hacia el 2009 y 2010!!! Mejor aún, estos vinos se pueden guardar tranquilamente hasta por 25 años. Lo que significa que podría tomarme un Carabantes en el año 2034!!! Esto es muy importante de entender, pues explica por qué son considerados Vinos Premium y por qué sus precios son más elevados, pues hay un costo de oportunidad de tener a los vinos guardados en bodega que debe ser considerado en el precio (sumado a la longevidad que puede asumir el vino en nuestra casa)

De entre los tres vinos que catamos, mi favorito sin duda fue el Carabantes 2013 elaborado con 85% de Syrah y 15% de Cabernet Sauvignon, vaya blend!! Este vino fue envejecido 18 meses en barrica y 12 meses en botella antes de salir al mercado. Su nombre es un homenaje al Fraile Dominicano Don Francisco de Carabantes; quien fue el primero en llevar la primera parra de vid a Chile a mediados del siglo XVI

Carabantes 2013 es un vino violáceo con tonalidades rubí. En nariz tienen notas mentoladas y a romero; y en boca tiene un final prolongado con sabores muy bien armonizados, una acidez fresca y una fuerte presencia de taninos.

Aquí les dejo algunas fotos de esta visita tan especial!