viernes, 10 de abril de 2020

Vino en los tiempos del coronavirus: Reinventarnos como la Bodega RE


Estamos viviendo una pandemia que nos llena de incertidumbre a todos y trae consigo muchos sentimientos de preocupación. Estamos en el 2020 (simpático número por cierto), el año del coronavirus. Para mí (y es una opinión muy personal), este tiempo del coronavirus va a traer consigo una reinvención tanto de nuestras rutinas, como de la forma de operar y ver el mundo. Fábricas paradas, restaurantes cerrados, aviones estacionados y hoteles abandonados, entre otros, es lo que nos traído esta pandemia. El coronavirus vino con fuerza no sólo a atacar a las personas sino a la economía…y pretender que todo va a seguir siendo como antes, es una ilusión. Más aún, pretender volver a hacer las cosas como solían ser nuestras rutinas es un error. Antes desinfectar una manija en una zona pública era “raro”; ahora no hacerlo será “raro”. Después de la 1° y la 2° Guerra Mundial el mundo cambió, nuevas rutinas, formas, e instrumentos fueron adoptadas por nuestros abuelos (o quizás padres o bisabuelos); ahora nos toca a nosotros reinventarnos. Y eso es lo que da lugar a esta nota.

Existe una bodega de vinos al norte de Chile, en Casablanca, Valparaíso, que se llama Bodega RE; y cuyo concepto de vinos busca REcrear, REivnentar y REvelar – tal como ellos mismos lo dicen – vinos ancestrales (vinos de la época de los relatos bíblicos). Han sido capaces de hacer vinos de excelente calidad combinando conocimiento y técnicas actuales con procedimientos antiguos, elaborando el vino en tinajas de arcilla (bien sean rescatadas de las antiguas familias nobles del valle o bien sean recreadas por ellos mismos).

Hace casi 3 años que visité la bodega. Al iniciar la visita guiada descendimos un nivel y encontramos un ambiente impresionante. En este “primer sótano” inicia la elaboración de sus vinos; para ello, a diferencia de la mayoría de bodegas en las que se emplea una estrujadora (máquina para romper las uvas sin molerlas y sin destruir las semillas a fin de extraer el jugo de la fruta), en la bodega RE se usa una técnica más bien ancestral. Las uvas son arrojadas permitiendo que el propio peso (el peso natural de los racimos) rompa la uva y el jugo sea extraído. Es en este ambiente de clima natural, de aproximadamente unos 15° o 16° (pese a los 30° de calor que hacía en el exterior) es donde la uva reposa para fermentar. Nuevamente, aquí no existen equipos de enfriamiento, tampoco requieren mojar los toneles para darles frío. Aquí lograron de manera natural la temperatura ideal de fermentación; para ello los muros emulan los antiguos muros de barro y paja que se hacían en el campo; y el piso es completamente rústico y de barro. Es en este mismo ambiente donde encontramos las primeras tinajas de arcilla al estilo de antiguas ánforas recaudadas de los viñedos de las familias del valle cauquén. En estas tinajas reposan sus vinos para lograr la fermentación. Aquí puedes envolverte en los aromas que emanan de este proceso, así como concentrar la mirada en los famosos “sombreros” que se forman cuando el vino reposa. Esto no es un tema menor. Poder ver esas tinajas con sombreros tan bien formados es impresionante. Usualmente uno no los logra ver puesto que el mosto fermenta (en cualquier otra bodega “típica”) en tanques de acero muy altos y grandes (por lo que difícilmente se pueden ver). Aquí en cambio puedes constatar que el sombrero es perfecto, cubre todo el mosto - como debe ser – con la finalidad de 1) protegerlo de posibles oxidaciones, 2) protegerlo del desarrollo de bacterias que entorpecerían el proceso de fermentación; y 3) otorgarle los extractos de los hollejos con aromas y color.

El proceso continúa un nivel más abajo en donde encontramos la zona de tinajas aún más grandes, pero que no fueron rescatadas de antiguas familias (como las otras); sino que fueron REcreadas por la bodega a fin de reposar aquí los vinos que elaboran en grandes cantidades. En esta zona encontramos también las barricas para reposar el vino y las ánforas de concreto de hasta 12000 litros. En este nivel encontramos ingeniosas y REinventadas formas de fermentar el vino, tal como lo logran con el vino ENREDO, que es una cofermentación de las variedades Gewurztraminer (70%) y Riesling (30%) que fueron previamente maceradas en contacto con las pieles de sus uvas durante 3 meses, algo atípico (los vinos blancos como estos usualmente maceran sólo por algunas horas o capaz - cuando mucho - por algunos días). Cuando pensamos en vinos elaborados con estas cepas pensamos en un vino blanco; sin embargo, bodegas RE propone pensar en estas cepas de una manera diferente, presentándola en un vino naranja logrado a partir de esta maceración prolongada en contacto con las pieles de dichas uvas. Nuevamente, nos propone un concepto diferente y REinventado.

La REinvención continúa en la etapa de ensamblajes. Los vinos que elaboran buscan combinaciones poco usuales de cepas, tales como la pinot noir ensamblada con el moscatel rosado. Ambos vinos fermentados en blanco, después de algunas horas de maceración, en toneles de varios años de experiencia, donde también reposa el vino por algunos meses, para lograr finalmente un vino de color sandía (no un color tinto claro, sino sandía) con perfumes muy complejos.

La REinvención sigue reforzándose en todas las etapas llegando incluso al nombre y etiquetado. Es así que nacen nombres como RE PINOTEL (el blend de pinot noir con moscatel rosado), RE CHARDONNOIR (el blend de chardonnay con pinot noir), entre otros muchos.

Sin duda vinos imaginados desde otro concepto que unen el pasado y el presente, rescatan lo antiguo, pero se reinventan. Ahora nos toca a nosotros. No se trata de descartar nuestros conocimientos, sino de reinventarlos, de traer con nosotros aquella esencia del pasado – léase pre coronavirus – a este nuevo presente. Una nueva era para pensar cómo debemos hacer las cosas diferentes sin perder la esencia de lo que ya hemos construido.