viernes, 6 de abril de 2018

Observación y análisis para el éxito: Dos hemisferios


Recuerdo hace algunos años atrás cuando me tocó trabajar con un líder de negocio que era muy diferente de mí. Yo solía ser acelerada para tomar decisiones y este líder, por el contrario, se tomaba su tiempo. Al principio yo me desesperaba. Algo que para mí era muy obvio, él necesitaba reflexionar, analizar, y después tomar la decisión. Lo curioso es que cuando él analizaba una situación siempre la veía desde “mil” ángulos diferentes de los que yo la veía. Con el tiempo, comencé a parecerme más a él, a hacer una pausa, a mirar más allá de lo evidente. Con su pausa él fue capaz de darle la vuelta a un negocio que estaba con las ventas disminuyendo por todo un año continuo, y lo hizo a punta de entender el mercado, entender a su equipo de trabajo y entender cómo los ponía a funcionar para poder sacar lo mejor de ellos. De él aprendí que no todas las decisiones que más rápido uno ve son las mejores, y que por el contrario, tomarse un tiempo para observar, escuchar, analizar y preguntar hacía toda la diferencia para tener un resultado exitoso.

Así es la Bodega Dos Hemisferios. Una bodega que contra todo pronóstico se sitúa fuera de la franja vitivinícola del mundo. Se sitúa en el medio del medio, en grado cero: En Guayaquil, Ecuador. Así es, en la zona donde se encuentran los dos hemisferios del mundo, en un lugar inimaginado, en un lugar donde reta y cuestiona la creencia de que el mejor vino sale de la zona norte y sur del mundo, de la zona opuesta al eje cafetero. La Bodega Dos Hemisferios, como bien lo definen ellos mismos desafió la creencia de que en la mitad del mundo no existían las condiciones para cosechar uva para vino, hecho que se creía posible solo en países de otras latitudes y con cuatro estaciones climáticas”.

Una bodega que inició su rumbo 19 años atrás, cuando se adquirieron 360 Hectáreas en San Miguel del Morro, en Playas, una zona que se caracteriza por días muy iluminados y noches muy frías; y que por su cercanía al mar, recibe la brisa marina diariamente. No obstante, no fue sino hasta el año 2004, 5 años más tarde, que se llevaron los mejores exponentes de la Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Shiraz y Chardonnay. Y fue el enólogo Abel Furlán (Argentino, de reconocida tradición en Mendoza – una de las zonas vitivinícolas más famosas del mundo) quien se detuvo a entender el clima, las bondades del suelo, quien a punta de prueba y error desafió a este principio de zonas vitivinícolas rompiendo con toda afirmación de varios expertos, técnicos y enólogos que aseguraban que en la mitad del mundo no se podría lograr un buen vino. De ahí que su primer vino fue “PARADOJA” (blend de Cabernet Sauvignon y Malbec), cuyas cepas fueron cosechadas en el año 2006 y que salió por primera vez al mercado hace 10 años, en el 2008. Su nombre se debe a que hacer vinos en Ecuador, en latitud 0 es precisamente eso: una “paradoja”

Afortunadamente entre muchos viajes de trabajo llegué a esta bodega y pude sentarme a disfrutar de este Paradoja 2015. Un vino que al abrirse tiene aromas y sabor a aceitunas; pero que cuando va evolucionando abre con aromas a vainilla y un ligero café, propios de los 18 meses en barrica. Un vino rubí con un final prolongado después de una entrada ligeramente dulce e intensos sabores a frutos rojos. Un vino producto de una doble cosecha, pues en esta zona se cosecha dos veces al año, a diferencia de cualquier otra zona en la que se cultiva solo una vez.

Seguido a Paradoja, nació “Bruma”, cuyo nombre se debe a la bruna matutina en los viñedos; luego en el 2008 se cosecha “Enigma”, cuyo nombre se debe a que era una incógnita cómo saldría el primer vino blanco que elaboraban (Chardonnay); y finalmente en el 2011 salió al mercado el vino “Travesía”, en honor al camino recorrido para lograr todos estos 5 vinos.

Una bodega que sin duda va a dar mucho que hablar. Una bodega que respetó los tiempos, una bodega que fue producto de la observación, el análisis, y el entendimiento del clima y del suelo del enólogo Abel Furlán.

Lo mejor de este vino es que me lo disfruté estando en el mismo país de elaboración, con una gran amiga!...debe ser por eso que lo sentí tan delicioso!

Bravo por Dos Hemisferios!!!!





sábado, 6 de enero de 2018

Marlborough: Cuando apuestas al potencial

Este mundial será diferente para Perú, pues después de 36 años vamos a ver a la camiseta blanquirroja jugar con las ligas mayores...y eso gracias a que Gareca apostó por el potencial y no por la famosa y siempre codiciada experiencia...
Y es que dicho en palabras de Gareca “Dejamos de lado a los históricos y apostamos por los que tenían continuidad". Gareca sencillamente no invitó a formar parte de la selección a los populares apellidos del football peruano, sino que en vez de eso convocó a chicos con potencial, quizás con apellidos menos conocidos históricamente, pero sin duda con toda la actitud, ganas y capacidad para aprender...y trabajó mucho con ellos para convencerlos de que podían llegar al mundial y así fue!
Y es que el potencial mezclado con la apuesta genuina y el convencimiento sincero son una fórmula ganadora!
Así es el Valle de Marlborough en Nueva Zelandia para los vinos! Una región que aunque hoy es la más importante para los Kiwis, fueron pocos los que quisieron apostar en ella; pero esos pocos que lo hicieron estaban convencidos de que lo lograrían por el potencial que representaba esta zona hasta entonces inexplorada!

Hacia inicios de 1970, Marlborough era un lugar virgen para el vino, y difícilmente un viticultor o enólogo hubiera podido imaginar que podía ser una tierra bendecida para cosechar y tener un viñedo. Todavía eran pocos o casi nadie quien había llegado a esta tierra y había comenzado el arte de cultivar un viñedo. 

Hasta 1970, Marlborough era considerada una región muy fría para la viticultura. No obstante, en 1973, la bodega Brancott Estate desafió este paradigma y decidió 
plantar las primeras cepas, y no fue sino hasta 1979 que vio los primeros frutos de su apuesta. Y es que Brancott Estate vio en esta región días calurosos y noches frescas; vio que los Alpes del Sur podían resguardar los viñedos de los fuertes vientos y las lluvias; vio que estos mismos Alpes del Sur ayudaban a tener días más despejados y por lo tanto más horas al sol para que las cepas pudieran tener una madurez prolongada y pausada; y fue así que decidieron hacer la apuesta por una cepa diferente: la Sauvignon Blanc...hasta entonces impensable! El resultado: hoy Marlborough produce uno de los mejores Sauvignon Blanc del mundo; es considerada una de las zonas vitivinícolas más innovadoras para la elaboración de vinos con esta cepa. Ha logrado un Sauvignon Blanc aromático, muy frutal y herbal. Más aún, hoy Marlborough es la región vitivinícola más importante del país  y representa el 50% de la producción total.

En Lima podemos encontrar el Sauvignon Blanc de la Bodega Cloudy Bay. David Hohnen, fundador de la bodega, fue también pionero en explorar esta zona y apostar por el potencial antes que por su historia y experiencia; estableciéndose en 1985 en la zona de Cloudy Bay (de ahí el nombre que le puso a su bodega).

El Sauvignon Blanc 2016 de Cloud Bay es un fiel exponente de la zona, que ha sido capaz de capturar la esencia del terroir. En nariz tiene aromas muy frutales, el limón, durazno y la lima se hacen presentes. Es un vino tan fiel que en boca el limón se mantiene y guarda una acidez fresca y presente. Fue cosechado entre el 31 de marzo y el 14 de abril del 2016, y el 3% de este vino, fue suavizado con un ligero paso en barricas de roble francés (algo muy inusual en un Sauvignon Blanc) Un blanco con un potencial de guarda de hasta 10 años, algo completamente extraordinario!

Para disfrutarlo yo lo maridé con unas crepes de fresas y queso cabra al balsámico. Un maridaje espectacular! La acidez de las fresas, acompañadas del balsámico y la cremosidad del queso cabra le dieron a este vino la riqueza de sabor que buscaba. Es muy fácil de preparar, así que aquí les dejo la receta! A disfrutar!!!

Crepes:
Licúa 3/4 tz leche fresca, 1/2 huevo, 1/2 tz harina sin preparar, 15 gr mantequilla derretida, 1/2 cdta de azúcar.
Colocas en una sartén teflón, rociada con aceite vegetal. Cocinarlos a fuego muy bajo y hacerlos muy finitos.

Relleno:
Mezclar arugula, albahaca, fresas y pepino picados finamente, pasas rubias y pistachos tostados. Condimentar con aceite de oliva y balsámico.

Untar las crepes con queso de cabra cremoso y colocar encima el relleno. 

Doblar la crepe para envolver el relleno y servir.


Recuerda que para poder disfrutar de este espectacular Sauvignon Blanc debes tenerlo a una temperatura entre 7.5 a 10 grados (Celsius)