sábado, 6 de enero de 2018

Marlborough: Cuando apuestas al potencial

Este mundial será diferente para Perú, pues después de 36 años vamos a ver a la camiseta blanquirroja jugar con las ligas mayores...y eso gracias a que Gareca apostó por el potencial y no por la famosa y siempre codiciada experiencia...
Y es que dicho en palabras de Gareca “Dejamos de lado a los históricos y apostamos por los que tenían continuidad". Gareca sencillamente no invitó a formar parte de la selección a los populares apellidos del football peruano, sino que en vez de eso convocó a chicos con potencial, quizás con apellidos menos conocidos históricamente, pero sin duda con toda la actitud, ganas y capacidad para aprender...y trabajó mucho con ellos para convencerlos de que podían llegar al mundial y así fue!
Y es que el potencial mezclado con la apuesta genuina y el convencimiento sincero son una fórmula ganadora!
Así es el Valle de Marlborough en Nueva Zelandia para los vinos! Una región que aunque hoy es la más importante para los Kiwis, fueron pocos los que quisieron apostar en ella; pero esos pocos que lo hicieron estaban convencidos de que lo lograrían por el potencial que representaba esta zona hasta entonces inexplorada!

Hacia inicios de 1970, Marlborough era un lugar virgen para el vino, y difícilmente un viticultor o enólogo hubiera podido imaginar que podía ser una tierra bendecida para cosechar y tener un viñedo. Todavía eran pocos o casi nadie quien había llegado a esta tierra y había comenzado el arte de cultivar un viñedo. 

Hasta 1970, Marlborough era considerada una región muy fría para la viticultura. No obstante, en 1973, la bodega Brancott Estate desafió este paradigma y decidió 
plantar las primeras cepas, y no fue sino hasta 1979 que vio los primeros frutos de su apuesta. Y es que Brancott Estate vio en esta región días calurosos y noches frescas; vio que los Alpes del Sur podían resguardar los viñedos de los fuertes vientos y las lluvias; vio que estos mismos Alpes del Sur ayudaban a tener días más despejados y por lo tanto más horas al sol para que las cepas pudieran tener una madurez prolongada y pausada; y fue así que decidieron hacer la apuesta por una cepa diferente: la Sauvignon Blanc...hasta entonces impensable! El resultado: hoy Marlborough produce uno de los mejores Sauvignon Blanc del mundo; es considerada una de las zonas vitivinícolas más innovadoras para la elaboración de vinos con esta cepa. Ha logrado un Sauvignon Blanc aromático, muy frutal y herbal. Más aún, hoy Marlborough es la región vitivinícola más importante del país  y representa el 50% de la producción total.

En Lima podemos encontrar el Sauvignon Blanc de la Bodega Cloudy Bay. David Hohnen, fundador de la bodega, fue también pionero en explorar esta zona y apostar por el potencial antes que por su historia y experiencia; estableciéndose en 1985 en la zona de Cloudy Bay (de ahí el nombre que le puso a su bodega).

El Sauvignon Blanc 2016 de Cloud Bay es un fiel exponente de la zona, que ha sido capaz de capturar la esencia del terroir. En nariz tiene aromas muy frutales, el limón, durazno y la lima se hacen presentes. Es un vino tan fiel que en boca el limón se mantiene y guarda una acidez fresca y presente. Fue cosechado entre el 31 de marzo y el 14 de abril del 2016, y el 3% de este vino, fue suavizado con un ligero paso en barricas de roble francés (algo muy inusual en un Sauvignon Blanc) Un blanco con un potencial de guarda de hasta 10 años, algo completamente extraordinario!

Para disfrutarlo yo lo maridé con unas crepes de fresas y queso cabra al balsámico. Un maridaje espectacular! La acidez de las fresas, acompañadas del balsámico y la cremosidad del queso cabra le dieron a este vino la riqueza de sabor que buscaba. Es muy fácil de preparar, así que aquí les dejo la receta! A disfrutar!!!

Crepes:
Licúa 3/4 tz leche fresca, 1/2 huevo, 1/2 tz harina sin preparar, 15 gr mantequilla derretida, 1/2 cdta de azúcar.
Colocas en una sartén teflón, rociada con aceite vegetal. Cocinarlos a fuego muy bajo y hacerlos muy finitos.

Relleno:
Mezclar arugula, albahaca, fresas y pepino picados finamente, pasas rubias y pistachos tostados. Condimentar con aceite de oliva y balsámico.

Untar las crepes con queso de cabra cremoso y colocar encima el relleno. 

Doblar la crepe para envolver el relleno y servir.


Recuerda que para poder disfrutar de este espectacular Sauvignon Blanc debes tenerlo a una temperatura entre 7.5 a 10 grados (Celsius)