Recuerdo hace
algunos años atrás cuando me tocó trabajar con un líder de negocio que era muy
diferente de mí. Yo solía ser acelerada para tomar decisiones y este líder, por
el contrario, se tomaba su tiempo. Al principio yo me desesperaba. Algo que
para mí era muy obvio, él necesitaba reflexionar, analizar, y después tomar la
decisión. Lo curioso es que cuando él analizaba una situación siempre la veía
desde “mil” ángulos diferentes de los que yo la veía. Con el tiempo, comencé a
parecerme más a él, a hacer una pausa, a mirar más allá de lo evidente. Con su
pausa él fue capaz de darle la vuelta a un negocio que estaba con las ventas
disminuyendo por todo un año continuo, y lo hizo a punta de entender el
mercado, entender a su equipo de trabajo y entender cómo los ponía a funcionar
para poder sacar lo mejor de ellos. De él aprendí que no todas las decisiones
que más rápido uno ve son las mejores, y que por el contrario, tomarse un
tiempo para observar, escuchar, analizar y preguntar hacía toda la diferencia
para tener un resultado exitoso.
Así es la
Bodega Dos Hemisferios. Una bodega que contra todo pronóstico se sitúa fuera de
la franja vitivinícola del mundo. Se sitúa en el medio del medio, en grado
cero: En Guayaquil, Ecuador. Así es, en la zona donde se encuentran los dos
hemisferios del mundo, en un lugar inimaginado, en un lugar donde reta y
cuestiona la creencia de que el mejor vino sale de la zona norte y sur del
mundo, de la zona opuesta al eje cafetero. La Bodega Dos Hemisferios, como
bien lo definen ellos mismos “desafió la creencia de que en la mitad del
mundo no existían las condiciones para cosechar uva para vino, hecho que se
creía posible solo en países de otras latitudes y con cuatro estaciones
climáticas”.
Una bodega
que inició su rumbo 19 años atrás, cuando se adquirieron 360 Hectáreas en San
Miguel del Morro, en Playas, una zona que se caracteriza por días muy
iluminados y noches muy frías; y que por su cercanía al mar, recibe la brisa
marina diariamente. No obstante, no fue sino hasta el año 2004, 5 años más
tarde, que se llevaron los mejores exponentes de la Cabernet Sauvignon, Malbec,
Merlot, Pinot Noir, Shiraz y Chardonnay. Y fue el enólogo Abel Furlán
(Argentino, de reconocida tradición en Mendoza – una de las zonas vitivinícolas
más famosas del mundo) quien se detuvo a entender el clima, las bondades del
suelo, quien a punta de prueba y error desafió a este principio de zonas
vitivinícolas rompiendo con toda afirmación de varios expertos, técnicos y enólogos
que aseguraban que en la mitad del mundo no se podría lograr un buen vino. De
ahí que su primer vino fue “PARADOJA” (blend de Cabernet Sauvignon y Malbec), cuyas
cepas fueron cosechadas en el año 2006 y que salió por primera vez al mercado
hace 10 años, en el 2008. Su nombre se debe a que hacer vinos en Ecuador, en latitud
0 es precisamente eso: una “paradoja”
Afortunadamente
entre muchos viajes de trabajo llegué a esta bodega y pude sentarme a disfrutar
de este Paradoja 2015. Un vino que al abrirse tiene aromas y sabor a aceitunas;
pero que cuando va evolucionando abre con aromas a vainilla y un ligero café,
propios de los 18 meses en barrica. Un vino rubí con un final prolongado
después de una entrada ligeramente dulce e intensos sabores a frutos rojos. Un
vino producto de una doble cosecha, pues en esta zona se cosecha dos veces al
año, a diferencia de cualquier otra zona en la que se cultiva solo una vez.
Seguido a
Paradoja, nació “Bruma”, cuyo nombre se debe a la bruna matutina en los
viñedos; luego en el 2008 se cosecha “Enigma”, cuyo nombre se debe a que era
una incógnita cómo saldría el primer vino blanco que elaboraban (Chardonnay); y
finalmente en el 2011 salió al mercado el vino “Travesía”, en honor al camino
recorrido para lograr todos estos 5 vinos.
Una bodega
que sin duda va a dar mucho que hablar. Una bodega que respetó los tiempos, una
bodega que fue producto de la observación, el análisis, y el entendimiento del
clima y del suelo del enólogo Abel Furlán.
Lo mejor de este vino es que me lo disfruté estando en el mismo país de elaboración, con una gran amiga!...debe ser por eso que lo sentí tan delicioso!
Bravo por
Dos Hemisferios!!!!